Una verdadera interacción con la naturaleza ocurre cuando nos internamos en los cenotes de la Riviera Maya. Cenote es un término que sólo se utiliza en México y que proviene de la palabra maya “dzonot”, que significa “abismo”. Son pozos de pozos de agua dulce creados por la erosión de la piedra caliza, suave y porosa, pero para el mundo maya eran fuentes de vida y una entrada a las maravillas del otro mundo y el centro de comunión con los dioses.Cerca de Puerto Morelos, a media hora de Cancún, se inicia la ruta de cenotes que están conectados entre sí y con el mar por medio de corrientes subterráneas. En estos espacios sagrados para los mayas donde practicaban rituales relacionados con la lluvia y la fertilidad se han encontrado piezas prehispánicas, restos humanos y animales de hasta 14 mil años de antigüedad. En la actualidad los cenotes siguen siendo lugares sagrados para las comunidades de la región.
Hay cenotes de diferentes tamaños y profundidades; algunos están dentro de una cueva y otros, al aire libre. La profundidad puede variar entre los 10 y los 60 metros y puede ser como una alberca en la que te refrescas y sales, o un río por el que puedes nadar o flotar y salir varios metros o kilómetros más adelante. En este último caso, puede haber tramos del cenote donde estarás nadando o flotando totalmente bajo tierra, pero viendo la luz metros más adelante, otros donde estarás a oscuras, iluminado por la linterna del guía, y en otros tramos, los rayos del sol se filtrarán por perforaciones desde la superficie, a veces tan pequeñas que sólo dejan pasar un haz de luz. La mejor hora para ir es al mediodía cuando los rayos solares caen perpendiculares e iluminan de lleno el agua. A veces el fondo no se ve, tal es la profundidad del cenote.
Si no es tu idea nadar a oscuras bajo la superficie, averigua bien las características del cenote antes de contratar la excursión para no llevarte sorpresas.
Existen innumerables cenotes a lo largo de la Riviera Maya, más o menos próximos a la costa. Las Mojarras, Siete Bocas, Verde Lucero, Chilam Balam, La Noria, Zapote, Aktum Chen, Kantun Chí, Rio Secreto, Gran Cenote, Calavera, Carwash, Zazil Ha y Escondido, son algunos de ellos.
Los cenotes de los ecoparques XCaret, Xel-Ha y Kin Ha son muy atractivos, ya que además de realizar la experiencia en grupo, cuentas con muchos servicios y actividades para hacer antes o después del cenote.
En Xcaret hay tres cenotes, Río Azul, Río Maya o Río Manatí, un laberinto de cuevas y túneles que son iluminados por entradas naturales de luz y se extienden por aproximadamente 600 metros con una profundidad de 1.60 metros y desembocan a orillas del mar, junto a manglares habitados por flamencos rosados. Sólo te calzas el chaleco salvavidas y te dejas llevar por la corriente durante 20 minutos.
La Cueva Maya es un cenote cubierto en Xel-Há considerada un lugar sagrado, donde el agua transmite energía a través de su luminosidad y acústica, propiciando un estado de relajación. Suaves olas hacen eco dentro de un recinto profundo de Xel-Há iluminado por tragaluces naturales en el techo de la cueva que inundan el interior de luz solar que se refleja en el agua. El río Xel-Há, de 800 metros, puede recorrerse sobre una llanta flotante. Atraviesa cuevas subterráneas y zonas del mangle, mientras fluyes sobre agua dulce y fresca hacia la Caleta de Xel-Há, donde se mezcla con cálida agua de mar.
Kin Ha cuenta con dos cenotes cristalinos, uno subterráneo y otro a cielo abierto. El cenote más grande es el Kin Ha, que en maya significa “sol y agua”; cuenta con un diámetro de 40 metros y una profundidad de 50.